Superar las barreras emocionales para aceptar un trasplante de donante vivo
Como dice el refrán, recibir es más difícil que dar.
Es un fenómeno del que Susan Rees ha sido testigo directo. Como directora clínica de Rejuvenate Kidney Transplant Solutions, ayuda a las personas a recorrer el complejo camino hacia un trasplante de riñón que les salve la vida.
Rees afirma que muchas personas con enfermedades renales crónicas se enfrentan a barreras emocionales para aceptar un órgano de un donante vivo, especialmente de un familiar como un padre, un hijo, un hermano o una hermana.
“Se preguntan qué pasa si le ocurre algo a su ser querido”, dice Rees. “Entonces, repaso todos los riesgos y beneficios, empezando por el hecho de que un donante vivo tiene menos del 1% de posibilidades de que le ocurra algo malo. La tasa de morir en diálisis es mucho mayor”.
Aunque cualquier intervención quirúrgica de envergadura entraña riesgos, los donantes vivos de órganos suelen salir del hospital en una o tres noches y volver a la actividad normal en tan sólo seis semanas.
Antes de la intervención, los donantes vivos se someten a una exhaustiva evaluación de su salud física y psicológica. Una vez que se les extraiga el riñón, el riñón restante aumentará de tamaño para compensar la pérdida del donado.
La esperanza de vida de las personas que donan un riñón no cambia, y la mayoría lleva una vida normal después de la operación.
“Conozco a policías que han vuelto al servicio”, dice Rees. “La gente corre, hace ejercicio y realiza todas las actividades que le gustan”.
Además, los donantes vivos suelen recordar su experiencia como algo positivo. Varios estudios señalan que hasta el 97% de los donantes vivos tomarían la misma decisión, de nuevo, si se les diera a elegir.
“Entendemos que no quiera que le pase nada a su hijo o hija”, dice Rees. “Pero adivina qué: no quieren que te pase nada”.
Rees y su equipo de Rejuvenate Kidney Transplant Solutions pueden ayudar a los pacientes en cada paso del proceso de trasplante, respondiendo a las preguntas que surjan. Entienden las complejidades que conlleva la enfermedad renal y están aquí para servir de guía.
“No se trata de los riñones; se trata de la vida”, dice Rees. “Lo que intentamos es devolverle la vida en todo su potencial”.
Tanto si eres un gestor de prestaciones como si eres una persona que padece una enfermedad renal, debes saber que Rejuvenate ha ayudado a miles de personas a superar las barreras al trasplante, incluso cuando esas barreras van más allá del coste y el acceso a la atención. Su misión es acelerar los trasplantes y evitar la diálisis, lo que mejora la calidad de vida. Si está luchando contra esta enfermedad, no espere a tener una insuficiencia renal para abordar sus preocupaciones.
Si usted es un gestor de beneficios encargado de ayudar a los empleados, programe un análisis de necesidades para entender cómo puede ayudar Rejuvenate.